
En Era el cielo los personajes son expertos en mentir a quienes les rodean. El largometraje se construye a partir del pensamiento de cada uno y sus reflexiones sobre lo que ha sido y es su vida
Por: Luisa Ugueto
Algunas películas necesitan un golpe de efecto para confrontar al espectador. Una imagen que genere un primer impacto puede ser la diferencia entre seguir viendo o abandonar esa historia que apenas comienza. Era el cielo de Marco Dutra comienza con una escena sórdida que captura nuestra atención y nos ayuda a seguir adelante para conocer su explicación.
Una imagen que de algún modo será el reflejo de todo lo que vamos a ver a continuación de una forma más sutil, pero igual de violenta.
Protagonizada por Leonardo Sbaraglia, Carolina Dieckmann y Chino Darín la coproducción de Brasil y Argentina es una cinta sobre engaños o mejor dicho sobre la influencia que tienen los secretos en la vida de las personas y sus relaciones.
Basada en la novela homónima de Sergio Bizzio (Argentina, 2009) la película muestra el desgaste que genera el silencio y el encubrimiento. «Calla, esconde la lengua y sálvate» se dice en una novela de Javier Marías, eso es lo que parecen repetir para sí mismos los personajes de esta cinta dónde el silencio es la herramienta fundamental para la supervivencia.
Los engaños de los que podemos ser víctimas, pero sobre todo la forma en que nos engañamos a nosotros mismos para seguir adelante es una de las ideas principales de este thriller psicológico.
Un matrimonio intenta reconstruir su relación a pesar de todo, olvidando que las primeras personas en darse cuenta que un vínculo se ha roto o que cumplió con su ciclo son los protagonistas que casi siempre se niegan a abandonar causando que el final sea mucho más estrepitoso. Nadie quiere que nada termine. El fin de una relación es como la muerte. Constantemente huimos de eso. En la película se teme a sus consecuencias, por lo tanto se evitará, aunque los costos emocionales sean gigantes.
En Era el cielo los personajes son expertos en mentir a quienes les rodean, el largometraje se construye a partir del pensamiento de cada uno y sus reflexiones sobre lo que ha sido y es su vida. La película combina la narración lineal con el relato del pasado según sus perspectivas.


A ratos la cinta recuerda su origen literario, porque quizás se excede en el uso de la voz en off, un recurso que puede aturdir. Sin embargo, nos permite adentrarnos en los pensamientos de los protagonistas.
En la vida y en el cine nos enfocamos en particularidades obviando que la realidad es mucho más compleja y que quizás nada tiene que ver un cambio externo o una circunstancia cotidiana con nuestra insatisfacción. Muchas veces un conflicto es tan grande que puede abarcar un mar o el cielo entero. Al menos eso parece decir esta película que tiene como marco una historia de amor que se tuerce.
@luisauguetol